Somos animales lastimados: El trauma como eco de dolor.
El trauma de Ina, una osa que vive encerrada en una jaula imaginaria.
Ina ha vivido 20 años en una minúscula jaula del zoo Piatra Neamt, en Rumanía. Ahora, aunque goza de un gran espacio a su alrededor tras haber sido trasladada al santuario Libearty, solo sabe andar en círculos.
Los seres traumatizados quedamos atrapados por mucho tiempo en un bucle repetitivo de dolor y sufrimiento.
En ocasiones no sabemos claramente que es lo que nos sucedió para estar así, solo los ecos conductuales y de pensamiento (síntomas) son visibles.
Como cualquier animal, el humano se aferra a estados repetitivos dentro y fuera de sí mismo. El infierno se carga por dentro, nos desconecta del entorno y de la posibilidad de vivir plena y libremente.
La mayoría de los animales (también el animal humano), pueden ser rehabilitados y reconectados al estado natural de conexión y júbilo por la vida.
Ina es un ser marcado por la crueldad y maltrato y ojalá nos active un deseo de sanación compasivo por ella. ¿Lo podemos sentir por nosotros? ¿Podemos ver las jaulas invisibles que nos mantienen prisioneros?
Todos los seres merecemos ser tratados compasivamente en nuestros intentos de sanación y liberación. Todos cargamos desde dentro las jaulas y también las llaves para liberarnos.
Sacamos una mano, luego un pie, luego la cabeza, quizá después, las lágrimas, el sexo y el cuerpo; de a poco a poco, saldrá todo el ser, para SER y estar completo en el mundo.
Con amor y dignidad retornemos a la armonía.
Christian Ortíz.
«Siempre que vaya a visitar un zoológico con jaulas diminutas o un circo donde actúen osos recuerde estas imágenes».
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