El tiempo no lo cura todo: la importancia de atender nuestra salud mental - Christian Ortíz
Existe una frase muy popular que dice que "el tiempo lo cura todo". Sin embargo, en el ámbito de la salud física, emocional y mental, esta afirmación no solo es imprecisa, sino que puede resultar peligrosa.
Desde una perspectiva clínica, dejar que el tiempo pase sin intervenir en nuestras heridas emocionales o conflictos internos no garantiza sanación. Al contrario, muchas veces los síntomas pueden intensificarse, transformándose en cuadros más complejos o incluso en trastornos crónicos.
El psiquiatra y especialista en trauma Bessel van der Kolk, autor de El cuerpo lleva la cuenta, ha señalado cómo el trauma no procesado se queda alojado en el cuerpo y en la mente, generando efectos a largo plazo si no es atendido. El paso del tiempo, sin una intervención terapéutica o un proceso de elaboración emocional, no hace que el dolor desaparezca: lo encapsula, lo somatiza o lo desplaza hacia otras áreas de nuestra vida.
Asimismo, la Asociación Americana de Psicología (APA) ha establecido en diversas publicaciones que el tratamiento temprano de los problemas emocionales y psicológicos es clave para una mejor recuperación, menor deterioro funcional y un mejor pronóstico a futuro (APA, 2020).
Negar o minimizar lo que sentimos puede llevarnos a sostener una fachada de normalidad mientras, por dentro, se gestan cuadros de ansiedad, depresión, trastornos psicosomáticos o adicciones. El tiempo, por sí solo, no elabora duelos no resueltos, no repara vínculos rotos, ni sana traumas infantiles. Es la atención consciente, compasiva y profesional lo que posibilita verdaderos procesos de transformación y alivio.
El terapeuta y doctor en psicología Peter Levine, creador del enfoque Somatic Experiencing, insiste en que la energía traumática no resuelta busca salidas constantemente, y que si no se le da un espacio seguro para expresarse, puede causar estragos físicos y emocionales. Ignorar estos procesos puede llevarnos a vivir desde la reactividad, la desconexión o la disociación.
Actuar a tiempo.
Buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad y autocuidado. Muchas situaciones graves de salud mental podrían haberse prevenido si hubieran sido atendidas en sus primeras manifestaciones. Los estudios clínicos coinciden en que la intervención temprana mejora significativamente la recuperación emocional y previene recaídas (National Institute of Mental Health, NIMH).
Reconocer que no nos sentimos bien y pedir ayuda es un acto de dignidad y valentía. No tenemos que esperar a tocar fondo para buscar apoyo. La psicoterapia, el acompañamiento emocional, la medicina integrativa o los grupos de apoyo son herramientas reales y efectivas.
No, el tiempo no lo cura todo. Lo que verdaderamente sana es lo que atendemos con amor, con conciencia y con ayuda. Hablar, sentir, pedir ayuda y actuar a tiempo puede cambiar por completo el rumbo de nuestras vidas. Que esta reflexión sea un llamado a escucharnos, a abrirnos y a permitirnos sanar desde ahora.
Recursos:
Fuentes:
• Van der Kolk, B. (2015). El cuerpo lleva la cuenta. Editorial Eleftheria.
• Levine, P. (1997). Waking the Tiger: Healing Trauma. North Atlantic Books.
• American Psychological Association (2020). Recognizing and Treating Mental Health Disorders Early.
• National Institute of Mental Health (NIMH). Mental Health Information. https://www.nimh.nih.gov